Ángeles aprisionados
en la bóveda celeste...
La mariposa
negra y naranja, congelada, enmarcada, como mis pupilas se enmarcan en estos globos
oculares que contemplan ese ser paralizado, ese hipo del tiempo, mis lentes
negros que enmarcan mi visión, la habitación que enmarca mi cuerpo, el barrio
que enmarca mi casa, el hipopótamo que vi el otro día, que enmarca sus
excrementos, el párrafo éste que enmarca esta palabra-relleno. Dios enmarcado
por mi mente, y que es nada más. Dios que enmarca mi mente y a esta mariposa
que dejó de volar.
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