viernes, 19 de octubre de 2012

HAMMMER, HAMMER (FRAGMENTOS)


Les muestro fragmentos de lo que quise que fuera un ensayo sobre la frustración y terminará en novela.

HAMMER, HAMMER

La única certeza absoluta a que puede llegar el hombre es que la vida no tiene sentido
Lev Tolstoi

No hay límite entre la razón y el amor. La nada es el hogar del hombre.
Yo

i.                     AL BORDE DE LA VIDA

…….El día le pareció mejor, a pesar de ser ya las 10 de la mañana de un lunes. Un día más sin trabajo. Su decadencia era vertiginosa. No se afeitaba una semana.  Paseaba entonces desnudo, arreglando en algo el tremendo lío que era su cuarto. Necesitaba hierba, esa era la perspectiva del día. Take me on a trip, murmuraba, satisfecho con una barrida superficial, y haber hecho la cama, Ernesto se sintió sinceramente un poco mejor, con hierba estaría en el paraíso, pensó. Mientras los idiotas trabajan, en esas oficinitas de mierda, yo estoy happy aquí, con mis cosas, pensando en mis cosas, decía, y si Marthita aflojase el calzón, eh je je, imaginaba, él estaba ahí en su cuartito celeste , en los suburbios de Ciudad Progreso, viviendo su propio Woodstock……

……. hay Marthita, tú a estas horas estás en tu universidad, especulaba, tú qué quieres ser secretaria ejecutiva, reía, y para qué, para qué, preguntaba, verga, verga, se tocaba, los hombres desnudos dicen la verdad, sentenciaba……

……………Autos estacionados en manada, signos de ciudad, rojos intensos, amarillos obnubilantes, azules mar interior, gris señorial, y demás, más obra de un pintor amateur que realidad, calle de las profundidades de Ciudad Progreso, árboles de brazos abiertos, en sus caras viejas, hojas de verde indefinido, una rata muerta de dientes de suegra, dos perros adecuadamente chuscos, buscándose la vida, se alejaban con sus miradas extrañamente cálidas, los entiendo amigos, yo mismo soy mitad perro, somos del tipo maldito, y ya se iban a perderse en el horizonte, Ernesto no lo resiste y les arroja piedras, acierta, corran putos, se jaraneaba………….

…….., ummm, sólo una cosita Anita, dime -campeonemos, piensa él- ¿tú no serás quien siempre está mirando cuando camino desnudo en mi jardín?, Anita paralizada, las palabras mueren antes de salir de ella, tranquila nomas,…….






así como lo he puesto no se entiende nada, lo que me interesa es mostrar el estilo, es decir la forma y el movimiento, por el momento , por el momento...

publicaré más si veo que es pertinente, :)



miércoles, 15 de agosto de 2012

Corazón hollinado


Pinchazos al corazón, de lo más reales, de lo más dolorosos. La noche está tan fría como podría estarlo. La música está tan alta como le está permitido, el cielo está tan amoratado como debería estarlo, hoy, hoy mi lindo recuerdo. Las mañanas, me arrastran a seguir, y seguir, es mi vida una escritura automática, una muerte poco generosa, cobrando mis miserias, el sol se oculta y se oculta, y las nubes se imponen y se imponen, jugamos entre el fuego de deseos ajenos, los caballos nos llevan a la guerra, quiero decimos, quiero es la palabra de moda, y estos pinchazos al corazón tan reales, como la lluvia que se desplaza entre este teclado. Canta el poeta, y dice sus verdades de humos infantiles, tal vez habla de los pitidos de las teteras oxidadas, del hollín de cocinas fantasmales, de rezos temblorosos, de madera humedecida, de vidrios de una mugre cariñosa, de pequeñas sonrisas animalmente contentas, y me dejan estas reminiscencias mudo, tieso en el frío de esta noche. A qué jugamos al decirnos te quiero. Es muy sencillo imaginar los hubiera, pero lo que no fue no iba a ser. Tenemos que salir de aquí. Tenemos que ir a pelear a las cruzadas, a la guerra contra los partos, usar nuestras ojotas, revivir a los ídolos del ayer, ser más cobrizos que el cobre, los pequeños deleites de este mundo eléctrico, cables que vienen y van, buscamos y buscamos estrellas fugaces a las que treparnos, y seguimos aquí, entre el ritmo de despedida, la nostalgia rítmica de la vacilación, qué queremos probar, demostrar, nuestros sueños ni siquiera podrían pintar las paredes más modestas, y  a pesar de eso no los vivimos, ¿es la vida necesaria?, ¿es necesario el arrepentimiento?, decimos no y no, y la canción terminará, como también lo hará la inspiración. 

viernes, 20 de julio de 2012

Morning in Mosquitoes's town


Morning in town, no dad, no mom, nobody’s near, alone in the hell. Mosquitoes and hatred.  The sound of the train is a torture. I feel like dying, babe. I wanna go home. I wanna go to the river.

Sombras de sangre


Oh, ser de sangre, ser de vísceras, ser de huesos, ser de nervios, ser de la carne.
Oh, extraño animal caído, cuya muerte ha hecho nacer ángeles y dioses.
Oh, misterioso espécimen, que de tu putrefacción pudo aparecer un alma.
Oh, tú, rara cosa, que te amontonas de a miles,
cerca a por donde los ríos fluyen, a por donde la noche es menos fiera.
Oh ser de los dientes y la lengua, cuán diferente serías sin éstos.
Oh ser que quiere mover montañas, performar los relámpagos,
Y hacer desfilar a demás animales y plantas según tus veleidades,
Oh, ser que hasta a las piedras haces hablar,
Oh, ser que gritas oh al saberte humano.

Las amargas rosas – O la carta que nunca se entregará.


I
 Y veo ese brillo elemental en tus locos piercings mientras abres la boca,
y tras de ti el follaje de ese nuestro viejo árbol retorcido de dolor,
la brisa marina resfriándolo todo y el sol enrojeciendo la vida,
y siento que los metalitos le van bien a tu mirada de centelleante color.
Eres de esos ángeles que han venido expresamente a este mundo a matar,
eres la chica del puñal inesperado, de rosa en mano y sonrisa fácil.
Cuando regreso de los viajes de mi mente, ahí perdido en la Lima más inhóspita,
vienen a mí las sensaciones que me causan aún tu cuerpo.
La imposibilidad de atraparte en estas míseras palabras.
¿Cómo repetir el movimiento de tu sensualidad en estas delgadas formas negras?
El ritmo de tu respiración es mi máximo ideal estético.
¿Podría mi sangre coagulada ser cincelada e imitar las formas de tu risa?
El arte de repetirte.
Adivinaría en las sombras más tenues el salvajismo de tus cabellos.
Aún hoy, aún hoy.

II
Y regreso a aquel instante en el que el mundo se detuvo.
Bienvenida entonces la noche peligrosa,
bienvenidos sean los mensajes crípticos,
oh, bienvenidas sean las miradas significativas,
bienvenida mi perdición en el tacto de tus manos,
bienvenida, mi luz, mi tartamudez de redomado idiota.
Te pienso, tecleando esos instantes,
liberando al viento el paso de los días,
y no olvidando así tus gestos de pequeña-payaso,
los signos de la esperanza.
Es que tenías que ser tan malditamente bella.

III
Ayer pase la noche en la intemperie del parque frente a tu casa,
el frío puede ser un buen remedio para el amor.
Esperando que fueses al trabajo, bien de mañana,
espere y nunca saliste, sólo tus padres,
y pasó así la tarde,
y ya en la noche viendo la perspectiva de continuar en las mismas me fui.
Luego, esta mañana, al despertar, me entere que habías viajado.

IV
Mi vida se puede resumir en una larga serie de discronías.
Las estupideces las suelo cometer después, nunca en ese “antes” de los valientes.
Quedan en ese nuestro lugar las amargas rosas,
La muerte de un verano,
Y estas palabras extemporáneas.

V
Fuimos dos animalitos perdidos en tierras áridas,
nos protegimos, y avanzamos juntos,
el camino nos unió y el camino nos separó.
Entonces hoy digo Mañana!,
Hoy digo Adelante!,
Hoy digo adiós a nuestros besos simiescos…

VI
Una de esas palomas que siempre me rondan choca contra la ventana de mi tercer piso,
Es hora de terminar esta carta,
la naturaleza te puede dar buenos sustos si no la dejas en paz,
y el chocar de mis dedos en las teclas parece hoy algo de lo más antinatural,
de lo más infame,
me detengo o vendrán todas las palomas del mundo,
y tendré vidrios rotos, rotos, centellantes,
como tu mirada, como tu mirada…

miércoles, 4 de julio de 2012

DIGRESIONES EN EL BOSQUE

I.

Tú que a tus veintitantos hablas de tus grandes desilusiones, no hables falsamente, nosotros estamos más allá de esos juegos dramáticos.
Nosotros que bebemos el buen vino barato, niños pobres que podemos pagarnos un taxi para regresar  a casita, bien tranquilos regresamos, luego lueguito de nuestras borracheras, a la camita calentita ¿A qué juego de rostros fieros podríamos pertenecer? Zarathustras de clase media.
Pequeñas desilusiones, no tenemos mayores certezas. Los cigarrillos pueden afectar el buen tino.
Pequeños sufrimientos de piso de parquet. Pequeños dolores de cumpleaños con payasos. Pequeños recuerdos de niños de zapatos ortopédicos. Pequeña vida.
Y sin embargo...

II.

Y sin embargo sabemos que de nosotros siempre es posible hablar algo más. Si bien nuestras miradas han perdido parte de ese brillo alucinante, de ese brillo de travesura, bien podemos decir que nuestros "como quisiera" aún son auténticos.
No hables falsamente. Ahora que es de noche en el bosque, no podemos quejarnos de nuestras provisiones. Vamos bien, tenemos linternas. A pesar de nuestras pequeñas muertes diarias, a pesar de ellas. En los claros del bosque el sol de la mañana seguirá regresando. Oh, nosotros, los pequeños ladrones, los pequeños comediantes.
Y nuestros veintitantos años de zapatillas de marca hay que vivirlos más relajadamente. Lo nuestro no es la competencia de egos.

III.

Oh dichosas almas grandes, Oh Nicanores Parras en proyecto, espero que sus gastritis al menos sean auténticas. Oh, como adoro tu cara de Juana de Arco Social. Oh, mi querida, todas las chicas te aprueban, con tu aire a Patti Smith, mi mensajera del infierno de oficinas de focos amarillos. Oh, ángel de luz, qué haces entre manos toscas. Escribes sobre el olor a bosta, en tus revoluciones de papel, y te desmallas si pisas mierda, o si el atrevido polvo osa manchar tus zapatos.
Tú, tú que tienes todas las respuestas en una frase, tú  y tus refranes de abuela, tú y tus disfuerzos de gatita manipuladora...


IV.
Una cría de ciervo cerca, tengo que interrumpir, es hora de cazar, jeje, tú sabes nuestras claves, sabes a qué me refiero con la cría de ciervo...
Sacó la escopeta, cargo y disparó: matamos para vivir. Lecciones de una pequeña vida. Digresiones en el bosque.

sábado, 23 de junio de 2012

Sobre un volkswagen amarillo


Un volkswagen amarillo destartalado escupiendo humo mientras recorre el camino rumbo a Huancayo. Un huayno despertando al día y la novedosa calidez del sol en nuestras mejillas de borrachos. Los cerros coloridos brincan en el horizonte muy lejos de los árboles que abren sus brazos en bienvenida. El frío se aleja no sin antes haberle dado un ritmo africano a mi dentadura. Maba, tan angelical con la baba deslizándosele sin prisa, compartimos los asientos traseros, y todo estaría genial si no hubiese cogido todo el mantón con la imagen de un tigre para cubrirse ella, y así acurrucada parece sin intenciones de despertar, y pensar que ayer me la tiré mientras nos cubríamos bajo el felino. Cuando Maba empezó a gemir, rompiendo el silencio de las cumbres, Johanna ,en el asiento delantero de copiloto volteó sorprendida, e hizo una de esas muecas de mujer ofendida pero borracha, es decir otro rostro angelical. Y Joaquín al volante que entre carcajadas y dándole vuelta a su brazo y mano derecha aplastaba mi cara contra la de Maba, y mi loca chica con sus puta madres, y sus arañazos belicosos, su aliento de ron y cigarro, y la cabalgata que seguía, verga, verga, verga Mabita,  y el puto huevón de Joaquín que se le daba por ir en zigzag, y yo que me venía fuera de Mabita ensuciando la carcocha. Y otra vez Joaquín y su artillería de groserías, y Johanna tan linda y tan borracha, me tiraba a Maba pensando en Johanna. Maba tenía unas piernazas y  te volvía loco a punta de minifaldas, era mandada, pero siempre al final ponía un pero, le gustaba verlo a uno desesperado, pero bueno ahora con trago me había atracado. Y Joaquín estaba en un ligue monse con Johanna, ja, pero era evidente que no podía dejar de pensar en Maba, y la susodicha era mía en su carro…




Vocabulario!!!
Jerga peruana

Tirar: follar, tener sexo
Carcocha: carro viejo
Ligue monse: flirteo pésimo
Atracar: (en este contexto) aceptar algo luego de una negociación
A punta de: mediante, por medio de
Venirse: eyacular

viernes, 22 de junio de 2012

RABBITT

I
Y decías hace unos días: no hay nada que decir cuando sabemos que la muerte está suspirándonos al oído. No tengo fuerzas. Toda la mierda me rodea. Encerrado en el temor. Atrapado, adscrito a este cielo de esteras. Olvidamos las palabras importantes cuando nuestro pecho siente una fuerte opresión. El signo de la muerte. Cansado de vivir. De ésta manera. Los perros ladran y son testigos de este mundo falso. Es mucho pedir un poco de silencio, ¿vale más que una cucharada de azúcar? Es como si la vida hubiese hecho sus maletas. No siempre fue así. No siempre fue así. Y hoy lo sabes. Hoy dices: recuerdo los buenos días, era muy pequeño, y mi signo era la alegría temerosa. La decadencia siempre es lentísima. Toma millones de años, pero hacia allí vamos. Lo que más me ha costado aprender es vivir en la falsedad. Nunca lo aprendí completamente. 

II
Siempre busqué esa pequeña luz, ese momento de quietud en mi ser. Crees que eres único, crees que naciste con un don especial, crees que el futuro te sonreirá, pero luego llegan las sombras, y vas dándote cuenta que hay falsedad por todos lados. Te han contado un buen cuento. Lo invisible se ríe de ti. Y entonces, en la derrota, el orgullo te toma la posta, y cada día vives un poco más para él. La buena ropa, la ostentación, la apariencia. Luchas. Vas a tu primera guerra mundial. Y como tenía que ser, pierdes. Y ahí en las trincheras de la vanidad, hay por supuesto millones de muertos, en el fondo no te interesarán demasiado, no más que dos o tres, tus amigos. Y llega entonces algo de distensión, ya tienes qué afeitarte, y vas por ahí recitando verdades con tu rostro más fiero. Y sin embargo, todo es falsedad. 

III
En esos días eres otro, y ya ni piensas en tu primera derrota, pero sí en esa marca a tu orgullo, que crees impregnada en tu frente, y que será motivo de tu mirar atrás paranoico. Bien sabes que tu fiereza, es falsa fiereza. Usas el traje del orgullo, eres la marioneta del gigante Invisible. Y como tenía que ser te ilusionas con el amor. Mientras, eres ahora sí marcado de verdad. Eres carne que come carne. Un súbdito del reino del número. Seguida de algunas escaramuzas, llega al fin la hora de ser alguien. Estás oficialmente sumergido de cabo a rabo en las cataratas del dolor, con edulcorante a veces, y sentirás entonces tu condición de arrojado al mundo, perdido en el medio de la selva, podrás reír, bailar, viajar, rezar, o multiplicar, pero una palabrita entrará bien dentro tuyo: seguridad. Se presentará a ti de mil maneras, en minifalda de secretaria, como un mensaje de texto, en una canción, dentro de un auto, debajo del puente. Todas a la vez. Entonces la palabrita crecerá e irá matando cualquier posibilidad de ver la luz, los tanques alemanes ingresando a París, y además tu orgullo pisoteado. 

IV
Una sola bandera ondeará en tu cielo turbio: el dinero.  La segunda guerra mundial, te matará mil veces.  El cielo quedará completamente negro, será la noche eterna, pero sin lunas ni estrellas. Tendrás que comprar tu seguridad. Y te verás tan inseguro, en tu traje de trabajo, en tu fumar apresurado, en tu sonrisa complaciente y en el amor que intentas imitar. La noche le ha dado un tono de cementerio a tus ojos. Estás muerto. Y sin embargo sigues caminando, ¿no es así? En este mundo de falsedad, no tendríamos por qué sorprendernos. Sigues andando descalzo, el terreno es un completo lodazal, restos humanos por doquier, y el inconfundible olor a sangre. Sigues andando. Corriendo. Te has chamusqueado en los últimos ataques con las bombas-ángeles. Y cae la bomba nuclear. Eres una cucaracha. Tienes piel de chancho, dices. Tus palabras, todas, te suenan falsas, tu patético cinismo te enferma, pero sigues. 

V
Entonces, un día, un millón de años después, tú, más viejo que el dolor en el mundo, andas sin saber a dónde ni por qué, vas por un parque en la eterna noche de soledad, distingues una banqueta alejada de todo, te acercas a ella, te sientas, comprendiéndote al fin infinitamente exhausto de ti , contemplas la iluminación triste, amarillenta a más no poder, está garuando, ves hacia lo alto de tu poste cercano, y entre la luz y la lluvia ves una polilla peleando por llegar a su sol amarillo, atravesando su propia tormenta. Aprendes entonces una nueva palabrita: empatía. Tú y la polilla. Lloras. Lloras por el millón de años pasados. 


VI.
Próximo se escucha el mar y su profundidad. Sueñas que eres el Minotauro, sueñas con máscaras. Una calidez en tu mejilla te hace despertar, abres los ojos, Noé saliendo del arca, el sol te da en plena cara. Es el amanecer. La resaca te tiene aún aturdido. Dejas la banqueta, caminas hacia el mirador, contemplas la danza del sol, el caminar de las palomas-gallinas te hace recordar el caminar de las señoras gordas. Ha amanecido, no lo puedes creer.  Vas hacia el kiosco, esperando, no sabemos por qué, la gran noticia, que ha amanecido, le preguntas extasiado al vendedor de periódicos sobre el tema. Él te cree verdaderamente loco. Lanzas una risotada, caminas y caminas, unas lágrimas por ahí. 


VII
Te acercas a un puesto de comida ambulante, pides un caldo de gallina, la dueña tiene un televisor, ve el noticiero, guerra, muerte, corrupción, farándula, dices nadie se ha dado cuenta del amanecer.  Pagas con moneditas. Te alejas un poco contrariado, cuando caminando de nuevo por el mirador, descubres a un perro negro con una mancha blanca en el contorno del ojo derecho, cruza entre tus piernas, en su andar veloz  recuerdas a tu padre,  el perro se dirige al muro, limite del mirador, levanta sus dos patas delanteras sobre este muro, mira al sol de la mañana, y le ladra como diciéndole, aquí estoy, y no sé qué sería de ti sin mí. Epifanía. Te emocionas, y corres hacia al perro, lo abrazas, a él y a sus pulgas, él te lame y comparte contigo su olor a guardado. Sacas tu viejo centavo de dólar, ese que tenías para la buena fortuna, y lo arrojas lo más lejos que puedes, arrojas a Lincon al mar.  Sabes que en el perro no hay falsedad, no hay falsedad en su afecto. 

VIII
El mundo es y será implacable. Regresas a casa con tu nuevo amigo, te afeitarás y cambiarás esas ropas de dos semanas de vagabundeo, tu familia y tus amigos te esperan.  Tendrás de seguro tu penitencia. Ya en casa cuidarás de tu perro, y buscarás un empleo, las batallas serán diarias, pero serán distintas a las otras guerras absurdas, revisarás tus apuntes y recordarás una frasecita de Bill Hicks, el comediante norteamericano, lanzada hace miles de años, que La vida es sólo un paseo. Será otro golpe al plexo, muy necesario, entonces, haciendo un gran esfuerzo de empatía, escribirás este relato, y lo leerán, y lo leerán.  Redención.

Mi primer post en borradorpoetico

Este es mi primer post en borradorpoetico.blogspot.com , la idea es ejercitarme en el arte de escribir. Escribo a veces poemas, a veces relatos, y en algunas ocasiones poemas-relatos, éstos últimos son híbridos, que no se por qué, me son más gratos. Tengo algún material guardadito, y lo iré publicando según sople el viento.  También escribiré cosas nuevas. De vez en cuando tendré posts informativos, a modo de reflexión de cómo vamos avanzando.

Algunos de mis escritos intentan ser parte de un ambicioso proyecto llamado Ensayo sobre la frustración.  De este proyecto hablaré más adelante.

Los dejo, lean ahora mi primer poema-animal, mi primer híbrido para ustedes, también pueden llamarlo poema-máscara: Rabbitt (más adelante comentaré Rabbitt, con doble t).