El cruce
Quiero
escuchar mi blues. La música del diablo. Ir al cruce. Y hacer el pacto. Ellos
no hablan de ello. Ellos regresan con una sonrisa anciana. Y el frío en la
mirada. Blue jeans polvorientos. Han sido testigos. Y no hablarán de ello,
antes les arrancarán la lengua. Olerán extraño, y sus manos sudarán. Y no
tendrán sombra. Saldrán poco en el día. Preferirán la noche turbia. Y el ojo
los seguirá todos los días de su nueva vida. Nunca morirán. Y tendrán el don,
la gracia, el duende. Te mirarán como sabios. Les faltará un diente. Un aura
única los hermanará. Se reconocerán. Los animales los reconocerán por lo que
son. Espectros. Aprenderán todos los trucos. Regresarán habiendo atravesado mil
tierras. Serán los hijos del desierto.
Chasquearán
los dedos y harán que la lluvia venga. Podrán seducir corazones. Hablarán como
niños grandes. El mar se alborotará ante su presencia. Las flores se
marchitarán. No comerán. No defecarán. No dormirán. Son el alba en la cima de
la colina. Los reconocerás por su público. Aplausos turbios y felicidad. Lobos
solitarios. Nunca podrán ser enjaulados. Porque ellos serán la jaula. La muerte
del espíritu. Serán las obsesiones de los ingenuos. Los santos que implacables arrasarán la tierra. Seré uno de ellos.
NAMAUHISUC SIUL
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